El debate por las cuestionadas elecciones provinciales se coló ayer en el recinto de la Legislatura, que volvió a sesionar tras dos meses de inactividad. Más allá de las posturas encontradas entre oficialistas y opositores, hubo consenso en que el sistema electoral es, cuanto menos, “perfectible”.

Además, la legisladora alperovichista Beatriz Bordinaro de Peluffo, que representaba al cuerpo colegiado en la Junta Electoral Provincial (JEP) hasta el día antes de los comicios, aprovechó el período de manifestaciones generales para denunciar un escrache en su contra. “Ejercieron violencia hacia mí. Pegaron carteles en toda la ciudad porque mi hija está casada con el candidato a intendente de Concepción (Franco Morelli, quien perdió). Me prejuzgaron”, expresó consternada la oficialista. Y defendió la contratación del Correo Argentino para el escrutinio provisorio. “Era la que mayores garantías de transparencia ofrecía porque, si no, el servicio debía ser un mix de otras dos empresas”, alegó.

La sesión de ayer comenzó a las 8.55, con 35 de los 49 legisladores en el recinto y el vicegobernador Juan Manzur en el estrado (se retiró minutos después de comenzado el debate). Cerca del mediodía, cuando ya se había terminado con el orden del día, quedó sólo una docena de parlamentarios para discutir sobre los comicios del 23 de agosto, en el período de manifestaciones generales.

“Ese día se han quemado urnas, fueron agredidos un camarógrafo de un canal de TV y un gendarme que custodiaba una urna. En ese marco realmente bochornoso, vino desde Buenos Aires una persona que aspira a presidir la Nación, en el (avión presidencial) Tango, y declaró ante la prensa que los comicios en Tucumán habían transcurrido con absoluta normalidad. Uno se asusta, porque sin dudas esa no es la normalidad que pretendemos los argentinos”, afirmó el macrista Alberto Colombres Garmendia, en una clara alusión al candidato del FpV, Daniel Scioli.

El demócrata cristiano José Páez propuso sobre tablas un proyecto para repudiar la represión policial a una marcha que se realizaba frente a la Casa de Gobierno el 24 de agosto, pero el oficialismo se negó. “Si se declara la nulidad de los comicios hará un clic en el sistema electoral argentino”, dijo el opositor.

Federico Romano Norri (UCR) sostuvo que “no se puede jugar con la entrega de bolsones o cualquier dádiva”. “Eso es no respetar al votante; si quieren darle algo, que sea trabajo o un buen ejemplo”, dijo el radical. Su “correligionario”, Fernando Valdez, agregó que pese a retener la banca legislativa -según el escrutinio provisorio- aguardará a que la Justicia resuelva el pedido del ApB para anular las elecciones. “Como se dieron los comicios no hubo respeto por la voluntad popular”, dijo el radical.

El camporista Jesús Salim fue el primero en hablar de los oficialistas. “El sistema (electoral) es discutible y perfectible. En mi ciudad (Famaillá), mi propuesta no ha sido la elegida. Pero podemos reconocer, aunque nos duela y hayamos trabajado, que la sociedad ha elegido según sus propios intereses”, señaló, para refutar la postura de que el bolsón incide en el voto.

El alperovichista Regino Amado aseguró que los candidatos del ApB, José Cano y Domingo Amaya, pidieron la nulidad de las elecciones “para salvar su carrera”. “Esa alianza no cumplió con sus expectativas, y la estrategia del radicalismo no fue buena. Y a Cano le resultará difícil explicar cómo fue que le entregó la Intendencia de la Capital a un peronista como Germán Alfaro, cuando pudo haber sido para algún radical”, señaló.

El oficialista Regino Racedo marcó que el ApB critica el sistema electoral ”pero tuvo 395 acoples en toda la provincia”. Su compañero, Gregorio García Biagosch, defendió los comicios y el supuesto triunfo de Manzur. “El FpV ganó 92 comunas, 15 municipios y 33 escaños legislativos. ¿Todos los electores cortaron el voto?”, ironizó.